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Rembetika: Breve historia

El Contexto Histórico
El origen de la canción rembética, como el de cualquier otro tipo de música, ya sea popular, folk o artística, es una suma de diversos factores genéticos. Su nacimiento y desarrollo está marcado por diversos acontecimientos históricos, por la inestabilidad social, la interacción cultural y una mezcla étnica de fuertes personalidades. Por lo tanto, para poder llevar a cabo una descripción coherente del rembético, es indispensable hacer referencia a la turbulenta historia de la zona en la que surgió este tipo de música: la actual Grecia y Asia Menor.
Esta referencia histórica comienza con la caída de Constantinopla a manos de los turcos en 1453. Este hecho marcó el final del imperio Bizantino, caracterizado por el helenismo y el cristianismo ortodoxo. Tras Bizancio se establece el Imperio Otomano, gobernado por los turcos y cuya religión oficial es el Islam. El imperio Otomano incluía dentro de sus límites una amalgama de países y culturas cuya interacción ya venía siendo regular. Griegos, turcos, armenios, eslavos, hebreos/judíos, albanos, y griegos de ascendencia albana vivían y se movían dentro de los límites del Imperio. El impacto de la civilización y tradiciones persas y árabes también fue profundo, puesto que los turcos habían tomado prestados elementos culturales de ambas en su viaje hacia Oriente Medio.
Esta situación se prolongó durante casi dos siglos. En 1821 los griegos se rebelan contra los turcos, y tras un prolongado esfuerzo independentista que cuenta con el apoyo de grandes potencias europeas, Grecia se establece definitivamente como estado moderno en 1830; Europa nombra rey de Grecia al Bávaro Otto. Sin embargo, la vida política de este nuevo país fue particularmente turbulenta durante los años siguientes, dando lugar a contradicciones y tensiones internas. Las cárceles estaban llenas de presos comunes y políticos. Tiene lugar, además, un cambio importante en cuanto a la organización social del país, puesto que grandes masas de población se trasladan del campo a las ciudades. En el siglo XX Grecia se expande hacia nuevos territorios: Eptánissa, Tesalia, Épiro, las islas del Egeo, Creta, Macedonia y Tracia, que se van anexando al país de forma gradual. Durante siglos, los griegos habían habitado esas zonas, cada una de ellas con tradiciones y costumbres propias.
Sin embargo, el acontecimiento más importante en la historia de la Grecia moderna es la llamada Catástrofe de Asia Menor, en 1922. Su origen está en el ideal nacionalista, conocido como la Gran Idea, que habían venido albergando los griegos, y que tenía por objetivo la reconquista de Constantinopla, capital de Bizancio. El gobierno griego decidió invadir con su ejército Esmirna (Asia Menor) motivado en primer lugar por este deseo pan-helénico, en segundo lugar, por el hecho indudable de que durante miles de años Asia Menor había estado habitada por un gran número de griegos que a comienzos de este siglo superaban con creces el millón, y en último lugar, por el apoyo inexistente de sus aliados, el intento, para llevar a cabo dicha invasión (tal y como se probaría después). El ejército griego llegó hasta Ankara, pero las malas decisiones políticas y militares, así como el hecho de haber subestimado las fuerzas turcas bajo el mando de su nuevo líder, Kemal Atatourk, provocaron una retirada precipitada de los griegos tras el ataque turco. El pánico invadió a las tropas y a los griegos de Asia Menor que, luchando por salvar sus vidas, llegaron hasta el puerto de Esmirna. La ciudad fue incendiada la gente expulsada de sus casas y muchos se ahogaron sin que los barcos anclados en el puerto intervinieran para evitar un enfrentamiento con los turcos. La guerra greco-turca finalizó tras el tratado de paz internacional que obligó a ambas partes al intercambio de sus poblaciones. Así, grandes oleadas de refugiados griegos de Asia Menor, del Cáucaso, de Tracia oriental y otras muchas regiones habitadas por griegos desde mucho tiempo atrás, confluyeron hacia Grecia, trayendo consigo una cultura, tradiciones y costumbres de carácter bastante refinado y urbano, puesto que habían prosperado en su antiguo lugar de procedencia. Sin embargo ahora tendrían que hacer frente al fantasma del hambre y el desempleo, dado que su integración en Grecia fue un proceso extremadamente duro y lento. Fue muy amargo para aquellos refugiados que generalmente habían sido alguien al otro lado del mar, vivir en la periferia de una nueva sociedad, en una situación de pobreza y degradación; la mayoría abandonó cuanto poseía a causa de un traslado apresurado, y había muchos de ellos del interior de Anatolia que sólo sabían hablar turco. En su miseria buscaron consuelo en otros horizontes propios de Turquía, como eran los tekédes. Éstos eran cafés musicales frecuentados por la burguesía griega.

Los Rembétes
El Rembético es la música que tocan y cantan los rembetes, término que describe a un tipo característico de hombre, con una mentalidad, comportamiento, postura y forma de vida peculiares. Etimológicamente, esta palabra proviene del turco rebet, que significa intratable, rebelde, ingobernable. El rebetis típico es un marginado por excelencia. Desafía al poder institucional pero en ningún momento emprende acciones contra el mismo. Adopta una actitud contraria a conformidades sociales, lo que hace que se le considere la mayoría de las veces un fuera de la ley. A pesar de esto, no se identifica con el mundo del hampa. Es deliberadamente provocador, adopta su propio argot y casi siempre va armado. Así pues, un rebéte pertenece a las capas pobres del pueblo llano. El sistema lo considera un indeseable.
El debut de los rembetes en la realidad social griega aún no ha sido históricamente identificado, pero está sin duda relacionado con el desarrollo de los primeros núcleos urbanos. Alrededor de 1900, el Shadow Puppet Theater, una espectáculo popular, incluye al rebetis entre sus personajes. Esto es significativo puesto que este Shadow Puppet Theater en Grecia (así como en el imperio Otomano) renovaba sus personajes constantemente inspirándose en la realidad social vigente, manteniendo así un estilo siempre moderno y fresco.
Muchos escritores y filólogos griegos aportan evidencias en cuanto al tema de la aparición de los rembétes. En 1891, Andreas Karkavitsas publica en Estia, revista literaria, sus notas de viaje tras un recorrido por el Peloponeso, al sur de Grecia, en las que dice haber escuchado canciones rembéticas en la cárcel de Palamidi, la más famosa en Grecia durante el siglo pasado. En 1850, el French Knight Appere recoge también comentarios similares en su estudio sobre las condiciones de las cárceles en Grecia durante el reinado del Rey Otto. Según Elías Petropoulos, teórico del rebético, el fenómeno de la aparición de los rembetes tiene su origen en el descontento por parte de quienes habían luchado durante la revolución griega de 1821, ahora sin trabajo, y en el recientemente creado estado griego. En la Atenas de 1890 los marginados rembetes viven su apogeo, dando lugar a un fenómeno social característico, y su persecución se convierte en algo prioritario para la policía.
Los orígenes
Los orígenes del rembético se enmarcan en el territorio de lo que es la actual Grecia, siendo sus principales intérpretes los rembetes. La cárcel y los llamados tekédes, (fumaderos de hachís a los que acudían los rembetes), eran los centros en los que el rebético era cantado y escuchado exclusivamente por un público masculino. Allí se tocaban principalmente el busuki y el baglamas. Desde el punto de vista musical, las canciones rembeticas eran simplonas y carecían de valor artístico, y sus temas principales se limitaban a cuestiones tomadas de la reducida y sofocante realidad social de los rebetes. Sin embargo, hacia finales del siglo XIX apareció otro tipo de música: el Café Amán y las amanédes, que surgieron básicamente en los grandes núcleos urbanos de Asia Menor, tales como Constantinopla y Esmirna, pero también en el interior de Grecia. Su nombre se originó probablemente en los antiguos cafés turcos, donde dos o tres cantantes improvisaban versos en forma de diálogo y a menudo intercalaban la exclamación ¡Amán aman…! con el fin de ganar tiempo para pensar el verso siguiente. La música que se tocaba en el Café Amán era rica y artísticamente valiosa, y satisfacía las demandas y gustos de un público culto de clase alta.
1922 supone un hito en el desarrollo y propagación del rebético. Se recuerda como el año de la catástrofe de Asia Menor. La oleada de refugiados que llegó a los grandes núcleos urbanos griegos (Atenas, Pireo, Salónica) provoca importantes cambios en la realidad social y cultural del país. Los griegos, desarraigados y enfrentados con la pobreza y el desempleo, compartían la misma realidad de los rembetes.
 

Muchos refugiados se unieron a los rembetes, llegando a conocer sus instrumentos y su música, llegando algunos de ellos a abrir sus propios Cafés Amán, donde daban trabajo a los músicos rembetes. De este modo, en el momento en que el rembético salió de los estrechos límites de la cárcel y del teké, atrajo a un público más amplio. Mientras tanto, la música folk griega (dimotiká) , producto de una sociedad agrícola, había ido agotando sus posibilidades de forma gradual, y tras siglos de esplendor ya carecía de elementos de inspiración a causa del desarrollo urbano del país. Había pues un vacío evidente, que el acercamiento de dos mundos, el de los rembetes y el de los refugiados, vendría a llenar. Así se crearon las condiciones adecuadas para que el rembético se expandiera por todo el país. Elías Petropoulos en su tratado de Rembetología distingue tres períodos dentro del rebético: el período de Esmirna (1922-1932), en el que predomina el estilo de los Café Amán de Esmirna, el período clásico (1932-1942), caracterizado por un regreso al rebético de los bajos fondos, y el período popular (1942-1952), en el que el rembético, ya desvinculado de los bajos fondos se convierte en la música nacional griega.
Influencias y estilos
El rembético es una forma de canción popular urbana. Su estilo se moldeó mediante las influencias de las normas musicales que lo precedieron, y más concretamente mediante:
• La música folk griega, producto de una sociedad agrícola que había florecido desde Bizancio hasta la revolución griega de 1821. Esta se caracteriza especialmente por la aparición de canciones pseudo-folklóricas, resultado del declive de la música folk tras la creación de la Grecia actual y el desarrollo de grandes núcleos urbanos.
• La música popular oriental, en particular la árabe y la turca, que se introdujo en Grecia a través de los puertos de Oriente Medio y de los refugiados procedentes de la catástrofe de Asia Menor.
• El canto bizantino, que ha sido y sigue siendo aún hoy, el himno de la iglesia ortodoxa griega.
• Y finalmente, las Serenatas de Eptanisa, una música que llegó a Grecia procedente de las islas Jónicas, que habían estado bajo el dominio de Italia hasta su anexión a Grecia en 1863. Hay que decir aquí que las Serenatas de Eptanisa estaban muy de moda en Atenas y constituyeron la única influencia del oeste de Europa en el rembético.
Hay que distinguir entre el estilo Smirnéiko de la primera década del rembético y el de los períodos Clásico y Popular. La música del Café Amán prevalece durante la primera década. Se caracteriza por improvisaciones instrumentales y vocales largas y quejumbrosas en un modo musical característico, una sensual voz femenina y un enérgico baile, generalmente el erótico y provocativo tsiftetéli, en un 4/4, similar a la danza del vientre turca. Al instrumento solista lo acompañaba otro que doblaba la melodía en una octava. La atmósfera en musical del Café Aman tenía un marcado sabor oriental, y la influencia árabe y turca era obvia. Se utilizaba el violín, el laúd, el outi y el santouri, y los intérpretes eran expertos virtuosos.
  
Las dos siguientes décadas suponen una vuelta al antiguo rembético marginal, producto de Grecia. Los principales instrumentos utilizados eran el busuki, el baglamás y más tarde la guitarra. El intérprete era un hombre y su voz podía tener un tono metálico, ronco y pesado, pero nunca dulce o sensual. El estilo musical era simple y pesado y cada canción solía empezar por un taximi interpretado al busuki. Este taximi consistía en una improvisación o modo musical, y servía como preludio para introducir al auditorio en la atmósfera y estilo de la canción, sin llegar a ser una muestra de virtuosismo en sí. Su ritmo era libre y a menudo se acompañaba el taximi con un tañido constante de las cuerdas del baglamas afinadas en 1/5. También se interpretaba un breve taximi entre las estrofas. La métrica musical más común era el 9/8 del baile rebético.
Los instrumentos
El estilo de Esmirna del Café Amán empleaba instrumentos como:
• El laúd (del árabe al oud, que significa madera). Con una caja de resonancia grande y un cuello largo.
• El outi (también del árabe al oud), con una caja de resonancia grande y en forma de pera y un cuello corto y ancho. El outi lo tocaban exclusivamente los griegos de Asia Menor y Constantinopla.
• El santouri, de forma trapezoide, con cuerdas metálicas en ambos lados (cada sonido se producía/realizaba con tres o cinco cuerdas tocadas al unísono), que se tocaba con la ayuda de dos martillos ligeros cuyos bordes estaban forrados de cuero.
• El clásico violín, como el de Europa occidental, pero afinado de forma distinta (Sol-Re-La-Re). Según los intérpretes de música folk, al afinar las cuerdas un tono por debajo del estilo europeo (Sol-Re-La-Mi) se produce una música más dulce. Además, permite al músico controlar los intervalos de la escala natural de forma más fácil, y también controlar los intervalos microtonales con un casi imperceptible glisanti, empleando sólamente los tres dedos fuertes de la mano izquierda.
• También se emplean, pero menos a menudo, la lira, la flauta, el harpa la harmónica y una serie de instrumentos de percusión como el toubeléki, un tambor hecho con arcilla y una piel muy fina, el défi, una piel de tambor en un marco circular con pequeños discos metálicos a lo largo del borde, y finalmente los cimbales de mano, como castañuelas, llamados zilia.
Sin embargo, una orquesta de rembético típica sólo emplea el busuki, el baglamas y la guitarra. El busuki juega el papel más importante, puesto que es el instrumento solista por excelencia, con él se toca el taximi y se acompaña al cantante. El papel del baglamas es sólo el de acompañamiento, con raras excepciones. Proporciona un elemento rítmico y armónico. La guitarra sostiene la melodía mediante cambios en la melodía base.
Pero las canciones rebeticas no las interpretaba exclusivamente la orquesta de rembético, sino tambien grupos de amigos, que probablemente sólo tocaban el busuki y el baglamas. En este caso, también los dedos y las manos de los participantes servían para marcar el ritmo, así como las cucharas, los vasos o los pies.
El Busuki – Este es un instrumento de cuerda de la familia de los laúdes de cuello largo. Se encuentran otros instrumentos de formas similares en civilizaciones pre-helénicas, como por ejemplo en Egipto, Asiria, China, India. En la Grecia clásica este mismo instrumento se conocía como pandouris, pero desde la época del Imperio Bizantino en adelante se le llamó tambouras. En el Museo Arqueológico Nacional de Grecia se encuentra expuesto el tambouras de un héroe de la revolución griega de 1821, el General Makriyiannis. Este tambouras muestra las principales características morfológicas del busúki utilizado por los rebetes. El saz turco pertenece a la misma familia instrumental que el busúki. Al saz de tamaño mediano se le llama bozouk saz. Bozouk en turco significa roto, y en este caso se emplea esta palabra para hacer referencia al tamaño del instrumento. Por lo tanto, se puede concluir que el busuki recibe su nombre del turco saz.
El busuki tiene una caja en forma de pera y un mastil trasteado, un panel de cuerdas de 60-70 cm de largo, metálicas y que se afinan en un clavijero de tres pares de cuerdas, cada par afinado por igual, su afinación es Re-La-Re.oct, con variaciones del tipo Sol-La-La,re, o, La-Mi-La.oct, que de todos modos no se suelen emplear a menudo. Hace cuarenta años se le añadió una cuarta cuerda, de modo que con respecto a los intervalos, la nueva afinación Re-La-Fa-Do se volvió idéntica a la de las cuatro primeras cuerdas de la guitarra. El busuki se toca con plectro (púa), que antiguamente se hacía a partir de una pluma de pájaro, de asta o de corteza de cerezo.
El Baglamas – El baglamas es un busuki muy pequeño. No tiene más de 40-60 cm. Era el instrumento preferido por los presos dado que era muy fácil esconderlo, porque tanto cantar como tocar instrumentos estaba prohibido en las cárceles. A menudo, los propios presos fabricaban baglamas en secreto, empleando materiales baratos que podían encontrar en la cárcel, vaciando melones, calabazas, etc. El afinamiento del baglamas es una octava mas alta que el afinamiento básico del busuki (Re-La-Re.oct.) y se toca también con plectro. El musicólogo Phoebus Anoyiannakis sostiene que el baglamas es más antiguo que el laúd. Hay indicios de su existencia en Bizancio, donde era empleado en las iglesias para dar el tono a los cantantes del coro.
Los bailes
Los bailes básicos del rembético son tres: el zeibékiko, el hasápiko y el tsiftetéli. Aunque existen otros ritmos de menor importancia, cuyos orígenes se pueden situar en toda la zona de los Balcanes y Asia Menor: el karsilamas, de origen turco, que significa cara a cara y se parece al zeibékiko, el sýrtos y el bállos, que son bailes de las islas griegas. El allegro tiene estilo eslavo, la hora es rumana y el casaska una imitación del baile cosaco. Los bailes rebéticos se hicieron muy famosos en Grecia durante la década de 1830, tras la anexión de Macedonia y Tracia en donde ya eran conocidos para la población griega de esas zonas. Sin embargo, fueron los refugiados de Asia Menor en 1922 los que enseñaron a los habitantes nativos los bailes rebetikos y contribuyeron a su popularidad en toda Grecia.
El Zeibékiko – Este es considerado el baile de bailes. No se ha podido identificar sus orígenes y se ha sugerido que provenga de un desarrollo de antiguos bailes de los griegos de Jonia y Aeolia/Eolia, y que etimológicamente provenga de las palabras Zeus (padre de los doce Dioses griegos) y Bekos, que significa pan en frigio antiguo. Otros mantienen que sus orígenes se remontan a los cánticos de la iglesia bizantina, y según una tercera teoría, el zeibékiko es turco. Kostas Tachtisis (autor griego) defiende que esta última teoría es la más infundada, puesto que es bien sabido que los turcos carecían de cualquier tipo de cultura cuando llegaron a Oriente medio, habiendo tomado prestada la suya de los persas, árabes y bizantinos. K. Tachtsis menciona sin embargo dos indicios que pueden tomarse como evidencia de que el zeibékiko es de origen turco: el primero es el hecho de que Bizancio era una civilización oriental, y el segundo, el hecho de que los turcos adoptaran e imitaran esta civilización imprimiéndole, con el tiempo, un carácter más marcadamente turco. Las generaciones de griegos que vivieron bajo el gobierno turco llegaron a conocer muy bien este baile, que aún se puede encontrar en la Grecia actual.
Sin embargo, hay algo cierto, el zeibékiko era el baile de guerra de los Zeibekídes. Según las fuentes existentes, que no se remontan más allá del siglo XVIII, los Zeibekides eran un pueblo guerrero, se cree que de ascendencia Tracia, y existen evidencias de que era una de las tribus nómadas no islámicas de Asia Menor, que existe dentro del imperio otomano. Los sultanes los controlaban empleándolos como policía auxiliar. El intento en 1833 de desarmarlos terminó en un enfrentamiento con las fuerzas turcas, y se atribuye a este hecho la desaparición o el exterminio de los Zeibekides.
El zeibékiko es un baile en 9/4 o 9/8, un sonido, tempo y modo distintos predominan en cada variación. Aparentemente, las combinaciones de los nueve grupos rítmicos son muy numerosas. El zeibékiko no tiene pasos determinados, es un baile de hombres y se realiza de forma individual. El rebetis improvisa figuras de baile que suelen terminar en algún tipo de acrobacia. Así pues, comienza con movimientos circulares lentos y pesados que gradualmente se vuelven más complicados, se pone en cuclillas, hace equilibrios con un vaso de vino en la cabeza, coge una mesa con los dientes y la levanta en peso al tiempo que baila, frunce el ceño y mira hacia el suelo durante todo el baile, con las manos unidas en gesto de plegaria. El zeibékiko se baila en interiores, generalmente en las tabernas, y nunca antes del anochecer, mientras que los zeibekides solían bailarlo al aire libre. En Chipre existe un tipo de zeibekikos bailado por mujeres.
El Hassápikos – Toma su nombre del turco hassápis, carnicero. Durante la ocupación otomana, los carniceros de Constantinopla eran griegos de ascendencia Albana, que bailaban el hasápikos durante las festividades del gremio. La métrica del hassápikos es de 2/4 y se divide en ocho frases que coinciden con los pasos de baile, que se efectúan, cuatro en el suelo y uno en el aire. Lo suelen bailar dos o tres hombres de igual estatura apoyando las manos en los hombros del otro, es esencial una perfecta sincronización. La parte más impresionante tiene lugar cuando los bailarines realizan un paso doble y bailan con un ritmo dos veces más rápido que el de la música para mostrar su habilidad. También pueden bailar sobre los talones. Los pasos del hassapikos deben ser uniformes. Un subtipo del hassápikos es el hassaposérviko, con una métrica de 4/4 y dos veces más rápido que el anterior.
El Tsifteteli- Tsifteteli en turco significa dos cuerdas. El baile tomó este nombre porque originariamente la melodía se tocaba con un violín de dos cuerdas. Su métrica es de 4/4, no tiene pasos específicos, y lo bailan sobre todo las mujeres. Consiste en movimientos sensuales y voluptuosos del cuerpo, y comparte muchos rasgos de la conocida danza del vientre turca. Era el que se bailaba en los Café Amán.
Evolución y declive
Tras haber sido adoptado por los refugiados de 1922, el rebético salió de la oscuridad para encaminarse hacia los estudios discográficos. Las primeras grabaciones se hicieron en diversas ciudades de Estados Unidos en 1897, tras las cuales vinieron otras en Londres y Leipzig, y alrededor de 1930, se llevaron a cabo las primeras grabaciones en los sellos La Voz de su Amo, Columbia y Odeón. Hay que señalar que la BBC posee una excelente colección de grabaciones de canciones populares griegas.
Tras el período de entreguerras, aumentó el número de pobres y marginados, situación esta principalmente provocada por la dictadura de Metaxas, anterior a la Primera Guerra Mundial. A esto siguió la ocupación alemana (1940-1944), que propagó el hambre y sembró el terror y la desesperación destruyendo la estructura social del país. La ocupación alemana golpeó duramente a Grecia, convirtiendo a toda la población griega, independientemente de su extracción social, en una gran masa de desfavorecidos, y finalmente, tras la retirada de los alemanes, estalló la guerra civil, que duró hasta 1948. Así pues, es en esta ocasión, desde la llegada de los refugiados en 1922 cuando el rebético expresa mejor la desgracia y el malestar a un nivel nacional y a una escala panhelénica.
Desde 1946 en adelante, el rembético alcanza su punto álgido, siendo uno de sus mayores exponentes el compositor Vassilis Tsitsanis. Tsitsanis se las arregló para liberar al rebétiko del síndrome de la cárcel, los bajos fondos y el teké. Lo refinó y lo empleó para hablar a través de él a todos los griegos, creando una música popular propia. Sin embargo, el comienzo de éste periodo popular marca también el final del rebetico.
Su excesiva comercialización dio lugar a nuevas reglas. Manolis Jiótis, el gran y quizá insuperable virtuoso del busuki añadió una cuarta cuerda al mismo, haciendo que su afinación fuera igual a la de las primeras cuatro cuerdas de la guitarra, lo cual facilitó un acompañamiento al estilo de la guitarra. (Fue y sigue siendo muy criticado por esto)
Además, también introdujo el bouzoki eléctrico para aumentar la amplificación del mismo, puesto que las canciones rembéticas habían pasado a interpretarse en grandes y lujosas salas de baile ante una gran audiencia. La gran cantidad de grabaciones realizadas afectaron al estilo antiguo, alterándolo y la calidad comenzó a disminuir de manera inevitable. A partir de 1960, su comercialización y la fácil obtención de beneficios supusieron el comienzo de la degradación del rembético. Durante este mismo período Grecia comenzó a recuperarse y superar la crisis social provocada a raíz de la ocupación alemana y de la guerra civil. La economía resurgió junto con una clase media fuerte. Los rebetes ya no existían como grupo social y, como consecuencia, el rembético dejó de producirse. Sin embargo este estilo sirvió de base para la llamada música artística popular griega. De hecho, la desaparición del rembético corre pareja con su descubrimiento por parte de los compositores Mános Hadtsidákis y Mikis Theodorakis. Hadtsidákis, en concreto, en una conferencia en 1949, se atrevió a interpretar música rembetica para la élite intelectual del país, cuando ya se consideraba una música en decadencia. Estos dos compositores, unidos por Stávros Xarhákos más tarde, adoptaron el estilo, ritmo e instrumentos del rembético, creando así una nueva forma de música popular elegante y artística que hizo que el busuki fuera internacionalmente conocido y casi sinónimo de Grecia, aunque según Elías Petropoulos, “busuki no es sinónimo de Grecia, sino de rembético”.
Canciones y temática
Las canciones rembéticas del siglo pasado, conocidas como Mourmoúrica, eran canciones de larga duración formadas por pareados de tema inconexo y generalmente improvisados, que tomaban prestados elementos de la poesía folklórica griega y de las canciones populares de Esmirna. Entre 1922-1952, durante el apogeo del rembético, se fijó su forma poética en tres o cuatro estrofas y a menudo un estribillo. Fueron dos las principales razones que llevaron al establecimiento definitivo de esta forma: a) las canciones rembeticas dejaron de ser anónimas dado que su fama dio a conocer a los compositores y letristas, de modo que las viejas canciones largas e improvisadas se vieron sustituidas por otras nuevas cuyo contexto creativo estaba muy bien definido; y b) las canciones rembeticas se grababan desde 1897 en discos de 78 rpm y 3’20 minutos, lo cual limitaba su duración. Las estrofas suelen consistir en líneas/versos yámbicos, de 15 sílabas, que es el metro típico de la poesía folk griega antigua. Menos frecuentes son los versos/líneas de ocho y doce sílabas, así como los de otro tipo de metro, siempre con rima. En las canciones rembéticas, los versos de quince sílabas a menudo se dividen en dos hemistiquios, cosa que no sucede en el caso de la poesía folk griega. Elías Petropoulos sugiere la siguiente clasificación por temas: 

  • 1. Canciones de amor 

  • 2. Canciones de despedida 

  • 3. Canciones malhumoradas de descontento o protesta 

  • 4. Canciones de los bajos fondos 

  • 5. Canciones sobre el mundo del Hachís 

  • 6. Canciones de presidio  

  • 7. Canciones sobre la pobreza 

  • 8. Canciones sobre el trabajo 

  • 9. Canciones sobre enfermedades 

  • 10.Canciones sobre la muerte 

  • 11. Canciones sobre la madre 

  • 12. Canciones sobre la emigración 

  • 13. Canciones exóticas, orientales 

  • 14. Canciones de taberna 

  • 15. Canciones sobre penas y problemas menores 

  • 16. Canciones mordaces, de advertencia y sátira 

  • 17. Canciones sobre la vida diaria 

  • 18. Canciones de alabanza a alguna isla , ciudad , y a sus habitantes 

  • 19. Canciones sobre el servicio militar y la guerra 

  • 20. Canciones sobre una persona en particular
 Los temas de estas canciones giran exclusivamente alrededor de la vida de los rembetes, lo cual es lógico, dado que el objetivo principal de una canción rembética es expresar el desasosiego, las quejas y deseos de un rembetis. El lenguaje es sencillo, con muchos elementos de argot del Griego Moderno, especialmente en el caso de las canciones más antiguas. No aparecen pensamientos complejos ni planteamientos profundos. Es verdad que desde un punto de vista literario el rembético no ofrece grandes obras de arte, sus creadores eran hombres de la calle, por lo general incultos, lo cual se pone de manifiesto en los múltiples errores ortográficos y en el hecho de que en muchas ocasiones no se dejaba espacio de separación entre las palabras en los manuscritos. Sin embargo, debemos recordar que la vida del rembético fue tan breve que no pudo madurar y convertirse en una muestra elevada del arte popular. Aún así, existen canciones de un admirable estilo austero, intensos sentimientos y poder comunicativo.
Conclusión
El rembético fue un producto de los bajos fondos. Las terribles condiciones de vida en las ciudades durante el desarrollo económico, la pobreza y la autarquía abonaron el terreno para la aparición de grupos desfavorecidos y del rembético, que no surgió como respuesta a cuestiones políticas, sino que surgió simplemente como protesta, como expresión del malestar y la desesperación, y como rechazo por parte de los marginados e inadaptados a cualquier sistema de coexistencia social.
La combinación de elementos culturales heterogéneos que le dio la forma final tuvo lugar en Grecia, el idioma empleado fue el griego y la mayor parte de su audiencia, fueron los griegos. Esto lleva a la conclusión de que el rembético es un símbolo de identidad griega. Desde 1960 hasta nuestros días, la expansión de la urbanización de Grecia y la gradual modernización del modo de vida basado en el modelo occidental han dado lugar a la desaparición de elementos básicos del rembético, el número de marginados ha descendido y el patrimonio cultural del país y de oriente en general ha sido rechazado por no estar de moda. El rembético duró mientras las condiciones culturales y sociales le fueron propicias, y estas terminaron por desaparecer dada la rapidez del progreso y los cambios que han tenido lugar a lo largo del siglo XX.
Fenómenos similares al del rembético en cuanto a las causas, orígenes y declive se han dado en otros lugares del mundo: el Blues en los Estados Unidos, la Chanson des Vagabonds en la Francia del siglo XIX, el Flamenco en España o el Tango en Argentina. La siguiente cita de Manos Hadjidakis podría aplicarse a todos ellos, por supuesto, salvando las diferencias: “El rembético dejó de existir cuando cayó en nuestras manos, igual que los frescos de las catacumbas de Fellini desaparecieron en cuanto les dio el aire del Mundo Exterior. El rembético sólo existió en realidad mientras se produjo ilegalmente en lugares escondidos y apartados, siguió respirando aún durante la posguerra cuando comenzó a expresar con eficacia los sufrimientos y las experiencias de un pueblo sumido en la devastación, un pueblo traicionado que sentía el impulso de comunicarse con sensualidad y no le era permitido, y que quería escapar de la realidad y no podía.
Afortunadamente aunque como género menor, se sigue escuchando y componiendo rembetica. Se han reeditado discografías y se graban nuevas versiones de aquellas grandes canciones y siguen existiendo un cierto número de clubs dedicados a esta música.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola
Ha sido un placer encontrar vuestro blog filoheleno. Yo soy Griego y el creador de multipedia.com, un sitio gratis por donde se puede practicar el idioma Griego a traves de literatura, canciones, cine, etc