Son las :

Divas del Rembétiko

Rosa Eskenazi
Nació a finales del siglo XIX en Constantinopla. Rosa empezó su carrera como bailarina a los 15 años. Los detalles de su vida como adolescente están un poco oscurecidos por unas declaraciones en una entrevista que fue publicada en la que decía que había nacido en 1910. Su familia se trasladó a Atenas con certeza antes del intercambio de población resultante del desatre en Asia Menor, 1922, . A pesar del reproche de su familia, ella salió a escena bailando en un teatro en Atenas. Rosa, llegó a ser la cantante popular griega con más éxito entre los de su generación . Su mayor “rival” fue Rita Abatzí. Su primer maestro fue Panaiótis Tountas, un refugiado de Asia Menor y uno de los productores musicales con más éxito de la época muy prolífico incluso en música popular. La vida de Rosa cambio totalmente desde que conoció a Tountas. Hizo con él su primera grabación, hacia 1930. Rosa Eskenázi Tuvo éxito en todos los géneros de la música popular, dimotiká, amanédes, smirnéika, hasiklídika y rembetica y trabajó con todos los grandes compositores de la primera generación como Papásoglou, Spiros Peristéris, Kostas Skarbelis y Markos Bambakáris.En muchas de sus mejores grabaciones trabaja con ella “ Dimitris Semmsis” considerado el mejor violín de los Balcanes. Continuó trabajando con los compositores de la 2ª generación como Manolis Hiotis. En los años 50 comienza el declive de su carrera aunque en 1.954 viaja a Constantinopla y aparece en algunos clubes. Después de esta gira viaja a los Estados Unidos donde tiene mucho éxito entre la comunidad emigrante. Durante estas giras graba dos discos en ambos países. Rosa continuó actuando durante toda su vida y como otras veteranas de su época, disfrutó un poco de la regeneración del rembético a partir del fin de la década de los 60. En los años 70, apareció en conciertos con jóvenes artistas como Haris Alexiou. La Gran Rembetíssa, una leyenda de la música popular griega murió el 2 de enero de 1.980.



Rita Abatzí (1.914 -1.969)
Nació en Smirna en 1.914. Empezó su carrera de cantante en los años 30 cantando smirnéika y rembética junto con Rosa Eskenazi. Pronto se convirtió en la gran estrella de las grabaciones en 78’rpm. Trabajó con todos los grandes maestros de su época, Panaiotis Tountas, Vagelis Papasoglou , Kostas Skarbélis, S. Peristéris , Dimitris Semmsis ( O Salonikós), Vamvakaris, Tsitsánis y otros.Después de la 2ª Guerra Mundial no hizo más grabaciones. Rita Abatzi murió en enero de 1.969 en Egáleo, un suburbio de Atenas. Su hermana Sofía Karibáli tuvo una carrera corta como cantante, pero hizo solo dos grabaciones. Sofía apareció en el Canal 4 de la televisión inglesa en 1.984, cantando junto a Giorgos Dalaras en el documental “ Música de los marginados”.



Stella Haskil (1.918– 1.954)
La vida de Stella Haskil fue trágicamente dura como la de Marika Nikou. La voz de la estrella, que nación en Salónica en 1.918 se escuchó en una serie de grabaciones clásicas de la posguerra, que hizo con veteranos compositores como Vamvakaris, Hatsijristos, o Stelákis Perpiniádis. Sin embargo es más famosa por su trabajo con compositores más jóvenes como Tsitsanis o Apostólos Kaldáras. Su canción quizás mas conocida sea “Níjtose jorís fengari” que Kaldara compuso en 1.947 durante la cruel guerra civil que rompió a Grecia hasta el final de la década. El título original de la canción era “Nijtose sto iediculé” (la prisión de Tesalónica) donde estaban los presos políticos. Aunque ciertas estrofas fueron cambiadas a causa de la censura de la época que siempre estaba atenta a las referencias políticas. La canción tuvo tanto éxito que después de pocos días de cantarla Stella, fue prohibida. Murió el 27 de febrero de 1.954.



Sotiría Bellou
Sotiría quizás fue la cantante más famosa de Rembética. Una artista a la que se refieren con consistencia las guías de música popular en todo el mundo. Nacida en Halkída en 1.921 aprendió a tocar la guitarra muy pronto. Después de un corto matrimonio llega a Atenas en octubre de 1.940, justo cuando Grecia entraba en la 2ª Guerra Mundial. Sotiría usó su talento en la guitarra y en la canción como su mejor medio para tomar alimento y ganar dinero para subsistir mientras que miles de griegos se morían de hambre en los crueles años de la ocupación alemana e italiana. Vassílis Tsitsanis se fijó en ella y grabó con él en 1.947 el primero de muchos de sus discos de 78’rpm. Juntos harían historia dentro del género musical.
A partir de mediados de la década de los 50 hasta que el rembetico fue redescubierto por una nueva generación Sotiría al igual que otros muchos artistas de su generación, encontró poco trabajo en los clubes de su época. Mujeres más jóvenes y con mas glamour estaban en demanda como cantantes. El busuki acompañaba con frecuencia estrofas de películas populares en Grecia en los últimos años 50 y 60. Sin embargo a mediados de los años 60 el rembético y sus artistas originales que sobrevivían fueron redescubiertos por una nueva generación de estudiantes y otros amantes de la música. Esta regeneración culminó a principios de los años 80, después de haber despegado definitivamente tras la caída de la dictadura militar en 1.974. Sotiría continuó su larga carrera de cantante hasta finales de siglo, que por razones de salud dejo de cantar. Una leyenda del rebético que vivió su vida sin inhibiciones ni barreras, sin esconder su predilección por la compañía femenina, su pasión por los juegos de azar, y su devoción por la música popular de calidad.



Rena Stamou
Fue la primera hija de una familia de refugiados recien llegados de Asia Menor. Rena nacio en Creta y por problemas familiares tuvo que crecer en un orfanato. Después de una triste niñez, se reencontró con su madre en el Pireo antes de la 2ª Guerra Mundial. Vivio siempre con problemas y encontrando grandes dificultades para vivir con su madre, es enviada de nuevo fuera de Atemas, para que aprendiera el oficio de sirvienta. Despues de varios años empezo a trabajar para un conocido cantante en 1940, quien descubrió en aquella mujer una preciosa voz. La convencieron para que el compositor Stelios Krisish escuchase su voz, quien a su vez, hablo a Mitsakis acerca de su talento. Despues de unas cuantas audiciones, realiza su primera grabación en 78 rpm. cantando sus canciones “Semiha and Ftojokoritso “ para la Columbia Records. Pronto fue emparejada con Prodomos Tsausakis, popular cantante de la época a finales de la guerra, durante la decada de los 50, más o menos cuando Stelios Kazantzidis llegaba a la escena musical. Posteriormente fué una de las cantantes preferidas de la EMI y en 1954 comienza una gira mundial cantanto en América para las cominidades de emigrantes de Constantinopla en Nueva York. Se casó y se asentó en Londres y continuó cantando en Clubs griegos ingleses. De todas las veteranas supervivientes de su generación , Rena continuo llena de vitalidad y juventud. Revivió el rebetico que resurgia lentamente durante los años de la Junta Militar y tras su caida 1.974. Bien conocida entre los amantes del rembetiko, recientemente ha grabado para el joven busuksista Vangelis Korakakis, en LYRA “Bousouktides me Pixides”. Continua apareciendo en la radio y televisión griega, asi como en algunos clubes de Atenas .



Marika Nikou (1918-1955)
Nacida en el Causaso en 1.918 llega a Atenas a finales de 1.947. Hace su primera apacición junto con su marido en pequeñas canciones en spots publicitarios en la radio. En Octubre de 1.948 conoce a Stelakis Perpiniádis, quien la invita a cantar en el “Florida Club” de Leofóros Alexándras. Su proxima aparición será con Vasilis Tsitánis en “ Jimmy el Gordo” local habitual de Tsitsanis . Hizo innumerables grabaciones en 78 rpm. con Tsitsanis, Manolis Hiotis, Yannis Papaioanou, Yorgos Mitsakis, Apostolos Kaldaras y otros. Su colaboración con Tsitsanis dio como fruto la producción de algunas de sus mejores canciones. En 1.955 se traslada a los EE.UU. donde aparece con Kostas Kaplanis. Regresa a Atenas ya afectada por un cáncer y muere trágicamente joven a la edad de 38 años en 1.956.





 Giorgia Mitáki (1.911-1.977)

Nació en 1.911 en Avlona (Atica). Giorgía Mitáki disfrutó de una carrera musical que duró unos treinta años. Llegó a Atenas a los 18 años y se casó en 1.930. Siempre fue recordada como cantante de canción dimotiká ( folk). Fue la preferida de los músicos de Smirnéika y hizo arreglos de canciones de Tountas, Peristeris y otros. Podemos escucharla en las primeras grabaciones de Tsitsanis como “S’ena teké boukarane”. Hizo varias giras por los EE.UU. hacia filanes de 1.950. Hacia 1.965, su salud empieza a dar problemas y realiza sus últimas grabaciones. Muere Avlona el 28 de febrero de 1.977.




Intérpretes del rembetiko

Esta pretende ser una breve biografía de algunos de los intérpretes más representativos de la canción rembética de todos los tiempos . No obstante quedan fuera grandes figuras como Peristéris, Jatsijrístos, Papásoglou, Skarbelis , Ioban Tsaous, Deliás , Papaioánu, o Genitsáris que aportaron canciones de una gran calidad. De todos ellos, se nutrió la industria del rembetico y gracias al legado de sus grabaciones, posiblemente escasas, hoy en día podemos disfrutar lo que aquella música representó.


Dimitris Semsis -O Salonikós (1881 – 1950)
Dimitris Semsis nació en Stromnitsa en 1881, y pasó gran parte de su niñez en Tesalónica , de donde procede su seudónimo “Salonicós”. Comenzo sus clases de violín a los 10 años convirtiéndose en un virtuoso del instrumento. A finales de siglo se juntó con los músicos de una banda de un circo ambulante y viajaron por todos los Balcanes. Más tarde hizo otras giras orquestales tocando en Turquía, Siria, Egipto y Sudán. Hacia 1.920, viaja a Smyrna donde trabaja duramente con los grandes compositores de la escuela Smyrneika. En 1.922 llega a Grecia con los refugiados de Asia Menor. En 1.923 se casa con Dimitra Kanoula, y tienen 4 hijos. Hacia finales de 1.920, Semsis ya había grabado en HMV y con la Columbia, destacando sobremanera y ejerciendo gran influencia en todos los músicos de su época. En 1.930 graba frecuentemente con Rosa Eskenasi con gran éxito, y frecuentemente acompañándola en las actuaciones en las tabernas. Su particular estilo con el violín se puede escuchar en unas 200 canciones que hizo con Rosa Eskenasi.  Las composiciones de Semsis fueron regrabadas posteriormente por los grandes artistas de la época , incluida Rita Ambazi, Dalgás, y Stelákis Perpiniádis. Escribió Rembetica, Smirneika y Dimotiká ( Canciones folk). Semsis murió de cáncer el 13 de enero de 1.950. Aún hoy existen descendientes de su familia en Grecia. Fue considerado el mejor, sino el más grande violinista de todos los Balcanes.

Panaiótis Toundas - (1885-1942)
Toundas, quizás otro de los más importantes compositores nació en Smyrna en 1885/86. A temprana edad, aprende a tocar Mandolina a la vez que otros instrumentos. A lo largo del siglo conecta con la política y se encuentra con Sideras en una asamblea en Smyrna. Trabaja largo tiempo con los principales músicos de Asia Menor, Ogdhondákis, Vangélis Papásoglou y Spíros Peristéris. Toundas empieza a componer canciones aproximadamente hacia 1.910, muchas de ellas se grabaron convirtiéndose en grandes éxito hacia 1.922 y contribuyendo a definir el estilo Smirneiko. Se traslada a Atenas en 1.923 donde vive en barrio de Nea Smyrni.
Un primer Toundas, trabajó en las tabernas tocando la mandolina, pero en 1.924 llega a ser el director de la compañía de grabación Odeón. Rápidamente sus composiciones se hacen famosas en toda Grecia y en el extranjero. En 1.929, Toundas descubre a una Rosa Eskenasi que cantaba Tsiftetléli en Tavernas y arregla una sesión de grabación con ella, empezando así una larga relación de amistad y trabajo durante los años 30. En 1972 Rosa reconoce el papel de Tountas como uno de los grandes compositores del siglo. En 1.931 Tountas, como director del sello Odeón trabaja con Dalgás, Riba Ambatzi, Kostas Roukounas y con los mayores cantantes de su época. Hacia 1.934 comienza a incluir busúki y baglamas en las grabaciones de sus discos hasta que se inicia la invasión. Toundas muere el 23 de mayo del 42 en su casa de Nea Smyrni cuando los alemanes entraban en la ciudad. De Toundas se han reeditado casi todas sus grabaciones originales y interpretes actuales como Haris Alexiou, Georgos Dalaras, o Glikería recientemente han versionado sus canciones.

Markos Vamvakáris - O Syriános (1.905-1.972)
Vamvakári nació en la isla de Síros en 1905 y murió en el Pireo en 1972. Es uno de los compositores griegos mas significativos y considerado como “el Patriarca” del rebético y del busúki, el árbol de donde salen los clones de la música popular (Laiká). Su aportación a la escena musical fue única y en cuanto a creación musical jamás nadie pudo superarla. Su influencia fue tan fuerte, que todos los compositores de su época intentaron imitar su personal estilo, con la única excepción de otro gran compositor Vagéllis Papasóglou, de quien aún después de fallecido, se continuaron escribiendo canciones imitando su estilo.
Markos fue el primero que grabó discos de 75 revoluciones con autentico sonido busúki y baglamá en la compañía discográfica “Odeón”, hacia 1.933. Grabó mas de 500 canciones, las mas conocidas, Fragkosyriani, Xtes to brádi sto skotádi, Prepi na xtiso ena tzami, Kantone Stávro kantone, Thelo mastouris na gino, Alaniara apo ton Persía, Atakth, Imouna mangas mia fora, Ta matoklada sou lampoun, Ta omorfa ta galana sou matia, Efoumername ena brady, O Arampatzis, Otan pino toumpekaki, Alaniarhs, Mastouras, Markos o Syrianos, Mortisa Xasiklou , todas ellas de una increíble belleza y muy pegadizas . Uno de sus hijos, Stelio Vamvakári, compone rembetika en la actualidad con la inconfundible influencia de su padre.

Georgos Bátis ( 1890-1967)
Batis, nació y murió en el Pireo. Fue un experto Baglamatista y uno de los mas importantes compositores de música rembetica. Sus grabaciones son muy escasas, y solamente se conocen 16 de ellas. La razón de esta inexistencia de grabaciones fue debido a que el Presidente dictador Yánis Metáxas, decidiera prohibir la rembética y la aparición de grabaciones con letras que hicieran referencia al hachis y en general cualquier tema relacionado con el mundo suburbial o a la política. Desde entonces, Batis decidió no grabar más. En el club que el propio Batis regentaba se reunían los llamados “I Rebétiki tetras tou Pireá - El Cuarteto Rebético del Pireo”, Batis, Vamvakáris, Paioumtsís y Deliás. Sus canciones tienen un color muy especial que las distinguen fácilmente del resto de los otros compositores. El nunca habla de la sociedad, es simplemente un observador que la describe con mucha simpleza pero con un arte único aspectos de la vida. Le gustaban los temas de gitanas, o de barberos enamorados. Sin duda, Batis fue uno de los tres o cuatro compositores que más influenciaron en la música Rembetika, y sus canciones perduran en las generaciones actuales.
Las únicas grabaciones conocidas de Batis son : Atsigana, Varka mou Bogiatismeni, To Barberaki, O Boufetis, Fonografitzides, Batis o Dervisis, Makges karavotsakismeni, Zeibekano Spaniolo, Sou chi lachi, Y filakes tou oropou, O Thermatis, Taximi Zeibekiko, Fassoulas, Sfougarades, Kamilieriko y  Gyftopoula sto hamman.

Mitsos Gkogkos -(Bagianteras) - (1903-1985)
Bagianteras nació en Pireo en 1.903 y murió en Atenas en 1.985. Es otro de los grandes de la composición rembetica de preguerra. Fue amigo de Batis, de Markos y de Stratos y el hecho de tener un gran talento artístico le dio la oportunidad de grabar muchas canciones antes del comienzo de la 2ª Guerra Mundial. Tenia un característico y personal estilo, que lo hace fácilmente reconocible. Desgraciadamente quedó ciego en el año 1.941, aunque continuó componiendo canciones de forma profesional durante algún tiempo, pero los últimos años de su vida los pasó con muchas dificultades porque no era capaz de trabajar y poco a poco la gente fue olvidándolo. Sus canciones se encuentran entre las de el mejor rembetiko nunca escrito y permanecen en la actualidad entre nosotros en innumerables versiones de compositores actuales . Algunas de ellas, Hatzikiriakio, Xaveriorisa, Manabáki, Nixterida, Kapnourlou, Apollon 15, Zousa monaxos joris agapi, Koutroukariotisa, Psarópoula, Peirotisa, To oneiro tous Kentauros den fobame, Psila stis Pindou ta Bouna .

Stratos Payioumtzis (1904-1971)
Stratos Payioumtzis es considerado el mayor cantante de todos los tiempos. Nación en Asia Menor (Aibalí) y vino a Grecia unos años después de la Tragedia Nacional 1.922, cuando Smyrnia fue destruida por la ocupación Turca. Fue amigo íntimo del gran Markos Vamvakáris y formó parte del famoso “ Cuarteto Legendario del Pireo ”.  Los grandes compositores se aprovecharon de su talento y de su voz única. Hizo canciones para Batis, para Anestos Deliás, para Markos, para Tsitsánis, Papaioánou, Keromítis, Bagiantéras, Toúntas o para Papásoglou. Murió en 1.971 en Nueva York. Dos meses mas tarde le seguiría su mejor amigo Markos Vamvakaris.

Vassilis Tsitsanis - (1915-1983)
Nació en Tríkala (Thesalia) . Fue el cuarto de los seis hijos que tuvieron Kostas y Victoria Tsitsanis. Su padre fue un famoso zapatero y tocaba el mandolino. Aprendió busuki de su hermano Jristo, que destacó como un excelente profesional después de la 2ª Guerra Mundial. Después de graduarse en la escuela, empezó a tocar de forma profesional en las tabernas de Atenas, consiguiendo fama popular en pocos años. Su música se vio influenciada por la 2ª Guerra Mundial, ya que vivio la invasion alemana, que castigó duramente al país. Es el gran compositor del último período del rembetiko , quién lo redescubrió, popularizandolo a todas las clases sociales. Casi todas sus canciones fueron grandes éxitos. Su estilo en la forma de tocar el busuki es único y difiere significativamente de los primeros años de la rembetika. Sus canciones hablan del desarraigo entre las clases sociales. Trabajó con grandes nombres de la música griega, como Stelios Kazantzidis, Stelákis Perpiniádis, Strátos Pagioúmtzis y Póli Pánou, Strátos Dionisiou, Sotiría Bellou, pero su cooperación con Marika Níkou fue lo mas significativo de su carrera. Sus mejor amigo fue Ioánnis Papaioánou y durante muchos años tocaron juntos busuki en las veladas del Nigt Club “ Járama ”, al que Tsitsanis dedicó uno de sus discos. Algunas de sus canciones mas conocidas, Symnefiasmeni Kyiaki, Athineisa, Gemnithika gia na pono, Antilaloune ta bouna, Arapia, Arapines, Kapia mana astenazi, Kalampakiotisa, Stou Sideri to teke, Katse na akousis mia peniá, Zessaloniki, Ta kaburákia, Apopse kanis bam. To poukamiso, Jorísame ena dilino.


Manolis Hiotis (1920-1970)
Considerado técnicamente otro de los mejores busuksistas de todos los tiempos fue un importante compositor. Fue uno de los primeros que tocó el busiki tetracordal, (por lo que fue y sigue siendo muy criticado) y abrió el instrumento a infinidad de posibilidades musicales, además del estilo clásico y a adaptaciones de Jazz. Su obra fue influenciada por la música popular latina y Europea y usó ritmos nuevos para aquella época. Algunas de sus canciones mas famosas son Iliovasilemata,Apotoma, Partides, Tha mou balis tin kouloura, Miazis san thalassa afou to thes, Ego tha ta pliroso, esu ise etia.

Rembetika: Breve historia

El Contexto Histórico
El origen de la canción rembética, como el de cualquier otro tipo de música, ya sea popular, folk o artística, es una suma de diversos factores genéticos. Su nacimiento y desarrollo está marcado por diversos acontecimientos históricos, por la inestabilidad social, la interacción cultural y una mezcla étnica de fuertes personalidades. Por lo tanto, para poder llevar a cabo una descripción coherente del rembético, es indispensable hacer referencia a la turbulenta historia de la zona en la que surgió este tipo de música: la actual Grecia y Asia Menor.
Esta referencia histórica comienza con la caída de Constantinopla a manos de los turcos en 1453. Este hecho marcó el final del imperio Bizantino, caracterizado por el helenismo y el cristianismo ortodoxo. Tras Bizancio se establece el Imperio Otomano, gobernado por los turcos y cuya religión oficial es el Islam. El imperio Otomano incluía dentro de sus límites una amalgama de países y culturas cuya interacción ya venía siendo regular. Griegos, turcos, armenios, eslavos, hebreos/judíos, albanos, y griegos de ascendencia albana vivían y se movían dentro de los límites del Imperio. El impacto de la civilización y tradiciones persas y árabes también fue profundo, puesto que los turcos habían tomado prestados elementos culturales de ambas en su viaje hacia Oriente Medio.
Esta situación se prolongó durante casi dos siglos. En 1821 los griegos se rebelan contra los turcos, y tras un prolongado esfuerzo independentista que cuenta con el apoyo de grandes potencias europeas, Grecia se establece definitivamente como estado moderno en 1830; Europa nombra rey de Grecia al Bávaro Otto. Sin embargo, la vida política de este nuevo país fue particularmente turbulenta durante los años siguientes, dando lugar a contradicciones y tensiones internas. Las cárceles estaban llenas de presos comunes y políticos. Tiene lugar, además, un cambio importante en cuanto a la organización social del país, puesto que grandes masas de población se trasladan del campo a las ciudades. En el siglo XX Grecia se expande hacia nuevos territorios: Eptánissa, Tesalia, Épiro, las islas del Egeo, Creta, Macedonia y Tracia, que se van anexando al país de forma gradual. Durante siglos, los griegos habían habitado esas zonas, cada una de ellas con tradiciones y costumbres propias.
Sin embargo, el acontecimiento más importante en la historia de la Grecia moderna es la llamada Catástrofe de Asia Menor, en 1922. Su origen está en el ideal nacionalista, conocido como la Gran Idea, que habían venido albergando los griegos, y que tenía por objetivo la reconquista de Constantinopla, capital de Bizancio. El gobierno griego decidió invadir con su ejército Esmirna (Asia Menor) motivado en primer lugar por este deseo pan-helénico, en segundo lugar, por el hecho indudable de que durante miles de años Asia Menor había estado habitada por un gran número de griegos que a comienzos de este siglo superaban con creces el millón, y en último lugar, por el apoyo inexistente de sus aliados, el intento, para llevar a cabo dicha invasión (tal y como se probaría después). El ejército griego llegó hasta Ankara, pero las malas decisiones políticas y militares, así como el hecho de haber subestimado las fuerzas turcas bajo el mando de su nuevo líder, Kemal Atatourk, provocaron una retirada precipitada de los griegos tras el ataque turco. El pánico invadió a las tropas y a los griegos de Asia Menor que, luchando por salvar sus vidas, llegaron hasta el puerto de Esmirna. La ciudad fue incendiada la gente expulsada de sus casas y muchos se ahogaron sin que los barcos anclados en el puerto intervinieran para evitar un enfrentamiento con los turcos. La guerra greco-turca finalizó tras el tratado de paz internacional que obligó a ambas partes al intercambio de sus poblaciones. Así, grandes oleadas de refugiados griegos de Asia Menor, del Cáucaso, de Tracia oriental y otras muchas regiones habitadas por griegos desde mucho tiempo atrás, confluyeron hacia Grecia, trayendo consigo una cultura, tradiciones y costumbres de carácter bastante refinado y urbano, puesto que habían prosperado en su antiguo lugar de procedencia. Sin embargo ahora tendrían que hacer frente al fantasma del hambre y el desempleo, dado que su integración en Grecia fue un proceso extremadamente duro y lento. Fue muy amargo para aquellos refugiados que generalmente habían sido alguien al otro lado del mar, vivir en la periferia de una nueva sociedad, en una situación de pobreza y degradación; la mayoría abandonó cuanto poseía a causa de un traslado apresurado, y había muchos de ellos del interior de Anatolia que sólo sabían hablar turco. En su miseria buscaron consuelo en otros horizontes propios de Turquía, como eran los tekédes. Éstos eran cafés musicales frecuentados por la burguesía griega.

Los Rembétes
El Rembético es la música que tocan y cantan los rembetes, término que describe a un tipo característico de hombre, con una mentalidad, comportamiento, postura y forma de vida peculiares. Etimológicamente, esta palabra proviene del turco rebet, que significa intratable, rebelde, ingobernable. El rebetis típico es un marginado por excelencia. Desafía al poder institucional pero en ningún momento emprende acciones contra el mismo. Adopta una actitud contraria a conformidades sociales, lo que hace que se le considere la mayoría de las veces un fuera de la ley. A pesar de esto, no se identifica con el mundo del hampa. Es deliberadamente provocador, adopta su propio argot y casi siempre va armado. Así pues, un rebéte pertenece a las capas pobres del pueblo llano. El sistema lo considera un indeseable.
El debut de los rembetes en la realidad social griega aún no ha sido históricamente identificado, pero está sin duda relacionado con el desarrollo de los primeros núcleos urbanos. Alrededor de 1900, el Shadow Puppet Theater, una espectáculo popular, incluye al rebetis entre sus personajes. Esto es significativo puesto que este Shadow Puppet Theater en Grecia (así como en el imperio Otomano) renovaba sus personajes constantemente inspirándose en la realidad social vigente, manteniendo así un estilo siempre moderno y fresco.
Muchos escritores y filólogos griegos aportan evidencias en cuanto al tema de la aparición de los rembétes. En 1891, Andreas Karkavitsas publica en Estia, revista literaria, sus notas de viaje tras un recorrido por el Peloponeso, al sur de Grecia, en las que dice haber escuchado canciones rembéticas en la cárcel de Palamidi, la más famosa en Grecia durante el siglo pasado. En 1850, el French Knight Appere recoge también comentarios similares en su estudio sobre las condiciones de las cárceles en Grecia durante el reinado del Rey Otto. Según Elías Petropoulos, teórico del rebético, el fenómeno de la aparición de los rembetes tiene su origen en el descontento por parte de quienes habían luchado durante la revolución griega de 1821, ahora sin trabajo, y en el recientemente creado estado griego. En la Atenas de 1890 los marginados rembetes viven su apogeo, dando lugar a un fenómeno social característico, y su persecución se convierte en algo prioritario para la policía.
Los orígenes
Los orígenes del rembético se enmarcan en el territorio de lo que es la actual Grecia, siendo sus principales intérpretes los rembetes. La cárcel y los llamados tekédes, (fumaderos de hachís a los que acudían los rembetes), eran los centros en los que el rebético era cantado y escuchado exclusivamente por un público masculino. Allí se tocaban principalmente el busuki y el baglamas. Desde el punto de vista musical, las canciones rembeticas eran simplonas y carecían de valor artístico, y sus temas principales se limitaban a cuestiones tomadas de la reducida y sofocante realidad social de los rebetes. Sin embargo, hacia finales del siglo XIX apareció otro tipo de música: el Café Amán y las amanédes, que surgieron básicamente en los grandes núcleos urbanos de Asia Menor, tales como Constantinopla y Esmirna, pero también en el interior de Grecia. Su nombre se originó probablemente en los antiguos cafés turcos, donde dos o tres cantantes improvisaban versos en forma de diálogo y a menudo intercalaban la exclamación ¡Amán aman…! con el fin de ganar tiempo para pensar el verso siguiente. La música que se tocaba en el Café Amán era rica y artísticamente valiosa, y satisfacía las demandas y gustos de un público culto de clase alta.
1922 supone un hito en el desarrollo y propagación del rebético. Se recuerda como el año de la catástrofe de Asia Menor. La oleada de refugiados que llegó a los grandes núcleos urbanos griegos (Atenas, Pireo, Salónica) provoca importantes cambios en la realidad social y cultural del país. Los griegos, desarraigados y enfrentados con la pobreza y el desempleo, compartían la misma realidad de los rembetes.
 

Muchos refugiados se unieron a los rembetes, llegando a conocer sus instrumentos y su música, llegando algunos de ellos a abrir sus propios Cafés Amán, donde daban trabajo a los músicos rembetes. De este modo, en el momento en que el rembético salió de los estrechos límites de la cárcel y del teké, atrajo a un público más amplio. Mientras tanto, la música folk griega (dimotiká) , producto de una sociedad agrícola, había ido agotando sus posibilidades de forma gradual, y tras siglos de esplendor ya carecía de elementos de inspiración a causa del desarrollo urbano del país. Había pues un vacío evidente, que el acercamiento de dos mundos, el de los rembetes y el de los refugiados, vendría a llenar. Así se crearon las condiciones adecuadas para que el rembético se expandiera por todo el país. Elías Petropoulos en su tratado de Rembetología distingue tres períodos dentro del rebético: el período de Esmirna (1922-1932), en el que predomina el estilo de los Café Amán de Esmirna, el período clásico (1932-1942), caracterizado por un regreso al rebético de los bajos fondos, y el período popular (1942-1952), en el que el rembético, ya desvinculado de los bajos fondos se convierte en la música nacional griega.
Influencias y estilos
El rembético es una forma de canción popular urbana. Su estilo se moldeó mediante las influencias de las normas musicales que lo precedieron, y más concretamente mediante:
• La música folk griega, producto de una sociedad agrícola que había florecido desde Bizancio hasta la revolución griega de 1821. Esta se caracteriza especialmente por la aparición de canciones pseudo-folklóricas, resultado del declive de la música folk tras la creación de la Grecia actual y el desarrollo de grandes núcleos urbanos.
• La música popular oriental, en particular la árabe y la turca, que se introdujo en Grecia a través de los puertos de Oriente Medio y de los refugiados procedentes de la catástrofe de Asia Menor.
• El canto bizantino, que ha sido y sigue siendo aún hoy, el himno de la iglesia ortodoxa griega.
• Y finalmente, las Serenatas de Eptanisa, una música que llegó a Grecia procedente de las islas Jónicas, que habían estado bajo el dominio de Italia hasta su anexión a Grecia en 1863. Hay que decir aquí que las Serenatas de Eptanisa estaban muy de moda en Atenas y constituyeron la única influencia del oeste de Europa en el rembético.
Hay que distinguir entre el estilo Smirnéiko de la primera década del rembético y el de los períodos Clásico y Popular. La música del Café Amán prevalece durante la primera década. Se caracteriza por improvisaciones instrumentales y vocales largas y quejumbrosas en un modo musical característico, una sensual voz femenina y un enérgico baile, generalmente el erótico y provocativo tsiftetéli, en un 4/4, similar a la danza del vientre turca. Al instrumento solista lo acompañaba otro que doblaba la melodía en una octava. La atmósfera en musical del Café Aman tenía un marcado sabor oriental, y la influencia árabe y turca era obvia. Se utilizaba el violín, el laúd, el outi y el santouri, y los intérpretes eran expertos virtuosos.
  
Las dos siguientes décadas suponen una vuelta al antiguo rembético marginal, producto de Grecia. Los principales instrumentos utilizados eran el busuki, el baglamás y más tarde la guitarra. El intérprete era un hombre y su voz podía tener un tono metálico, ronco y pesado, pero nunca dulce o sensual. El estilo musical era simple y pesado y cada canción solía empezar por un taximi interpretado al busuki. Este taximi consistía en una improvisación o modo musical, y servía como preludio para introducir al auditorio en la atmósfera y estilo de la canción, sin llegar a ser una muestra de virtuosismo en sí. Su ritmo era libre y a menudo se acompañaba el taximi con un tañido constante de las cuerdas del baglamas afinadas en 1/5. También se interpretaba un breve taximi entre las estrofas. La métrica musical más común era el 9/8 del baile rebético.
Los instrumentos
El estilo de Esmirna del Café Amán empleaba instrumentos como:
• El laúd (del árabe al oud, que significa madera). Con una caja de resonancia grande y un cuello largo.
• El outi (también del árabe al oud), con una caja de resonancia grande y en forma de pera y un cuello corto y ancho. El outi lo tocaban exclusivamente los griegos de Asia Menor y Constantinopla.
• El santouri, de forma trapezoide, con cuerdas metálicas en ambos lados (cada sonido se producía/realizaba con tres o cinco cuerdas tocadas al unísono), que se tocaba con la ayuda de dos martillos ligeros cuyos bordes estaban forrados de cuero.
• El clásico violín, como el de Europa occidental, pero afinado de forma distinta (Sol-Re-La-Re). Según los intérpretes de música folk, al afinar las cuerdas un tono por debajo del estilo europeo (Sol-Re-La-Mi) se produce una música más dulce. Además, permite al músico controlar los intervalos de la escala natural de forma más fácil, y también controlar los intervalos microtonales con un casi imperceptible glisanti, empleando sólamente los tres dedos fuertes de la mano izquierda.
• También se emplean, pero menos a menudo, la lira, la flauta, el harpa la harmónica y una serie de instrumentos de percusión como el toubeléki, un tambor hecho con arcilla y una piel muy fina, el défi, una piel de tambor en un marco circular con pequeños discos metálicos a lo largo del borde, y finalmente los cimbales de mano, como castañuelas, llamados zilia.
Sin embargo, una orquesta de rembético típica sólo emplea el busuki, el baglamas y la guitarra. El busuki juega el papel más importante, puesto que es el instrumento solista por excelencia, con él se toca el taximi y se acompaña al cantante. El papel del baglamas es sólo el de acompañamiento, con raras excepciones. Proporciona un elemento rítmico y armónico. La guitarra sostiene la melodía mediante cambios en la melodía base.
Pero las canciones rebeticas no las interpretaba exclusivamente la orquesta de rembético, sino tambien grupos de amigos, que probablemente sólo tocaban el busuki y el baglamas. En este caso, también los dedos y las manos de los participantes servían para marcar el ritmo, así como las cucharas, los vasos o los pies.
El Busuki – Este es un instrumento de cuerda de la familia de los laúdes de cuello largo. Se encuentran otros instrumentos de formas similares en civilizaciones pre-helénicas, como por ejemplo en Egipto, Asiria, China, India. En la Grecia clásica este mismo instrumento se conocía como pandouris, pero desde la época del Imperio Bizantino en adelante se le llamó tambouras. En el Museo Arqueológico Nacional de Grecia se encuentra expuesto el tambouras de un héroe de la revolución griega de 1821, el General Makriyiannis. Este tambouras muestra las principales características morfológicas del busúki utilizado por los rebetes. El saz turco pertenece a la misma familia instrumental que el busúki. Al saz de tamaño mediano se le llama bozouk saz. Bozouk en turco significa roto, y en este caso se emplea esta palabra para hacer referencia al tamaño del instrumento. Por lo tanto, se puede concluir que el busuki recibe su nombre del turco saz.
El busuki tiene una caja en forma de pera y un mastil trasteado, un panel de cuerdas de 60-70 cm de largo, metálicas y que se afinan en un clavijero de tres pares de cuerdas, cada par afinado por igual, su afinación es Re-La-Re.oct, con variaciones del tipo Sol-La-La,re, o, La-Mi-La.oct, que de todos modos no se suelen emplear a menudo. Hace cuarenta años se le añadió una cuarta cuerda, de modo que con respecto a los intervalos, la nueva afinación Re-La-Fa-Do se volvió idéntica a la de las cuatro primeras cuerdas de la guitarra. El busuki se toca con plectro (púa), que antiguamente se hacía a partir de una pluma de pájaro, de asta o de corteza de cerezo.
El Baglamas – El baglamas es un busuki muy pequeño. No tiene más de 40-60 cm. Era el instrumento preferido por los presos dado que era muy fácil esconderlo, porque tanto cantar como tocar instrumentos estaba prohibido en las cárceles. A menudo, los propios presos fabricaban baglamas en secreto, empleando materiales baratos que podían encontrar en la cárcel, vaciando melones, calabazas, etc. El afinamiento del baglamas es una octava mas alta que el afinamiento básico del busuki (Re-La-Re.oct.) y se toca también con plectro. El musicólogo Phoebus Anoyiannakis sostiene que el baglamas es más antiguo que el laúd. Hay indicios de su existencia en Bizancio, donde era empleado en las iglesias para dar el tono a los cantantes del coro.
Los bailes
Los bailes básicos del rembético son tres: el zeibékiko, el hasápiko y el tsiftetéli. Aunque existen otros ritmos de menor importancia, cuyos orígenes se pueden situar en toda la zona de los Balcanes y Asia Menor: el karsilamas, de origen turco, que significa cara a cara y se parece al zeibékiko, el sýrtos y el bállos, que son bailes de las islas griegas. El allegro tiene estilo eslavo, la hora es rumana y el casaska una imitación del baile cosaco. Los bailes rebéticos se hicieron muy famosos en Grecia durante la década de 1830, tras la anexión de Macedonia y Tracia en donde ya eran conocidos para la población griega de esas zonas. Sin embargo, fueron los refugiados de Asia Menor en 1922 los que enseñaron a los habitantes nativos los bailes rebetikos y contribuyeron a su popularidad en toda Grecia.
El Zeibékiko – Este es considerado el baile de bailes. No se ha podido identificar sus orígenes y se ha sugerido que provenga de un desarrollo de antiguos bailes de los griegos de Jonia y Aeolia/Eolia, y que etimológicamente provenga de las palabras Zeus (padre de los doce Dioses griegos) y Bekos, que significa pan en frigio antiguo. Otros mantienen que sus orígenes se remontan a los cánticos de la iglesia bizantina, y según una tercera teoría, el zeibékiko es turco. Kostas Tachtisis (autor griego) defiende que esta última teoría es la más infundada, puesto que es bien sabido que los turcos carecían de cualquier tipo de cultura cuando llegaron a Oriente medio, habiendo tomado prestada la suya de los persas, árabes y bizantinos. K. Tachtsis menciona sin embargo dos indicios que pueden tomarse como evidencia de que el zeibékiko es de origen turco: el primero es el hecho de que Bizancio era una civilización oriental, y el segundo, el hecho de que los turcos adoptaran e imitaran esta civilización imprimiéndole, con el tiempo, un carácter más marcadamente turco. Las generaciones de griegos que vivieron bajo el gobierno turco llegaron a conocer muy bien este baile, que aún se puede encontrar en la Grecia actual.
Sin embargo, hay algo cierto, el zeibékiko era el baile de guerra de los Zeibekídes. Según las fuentes existentes, que no se remontan más allá del siglo XVIII, los Zeibekides eran un pueblo guerrero, se cree que de ascendencia Tracia, y existen evidencias de que era una de las tribus nómadas no islámicas de Asia Menor, que existe dentro del imperio otomano. Los sultanes los controlaban empleándolos como policía auxiliar. El intento en 1833 de desarmarlos terminó en un enfrentamiento con las fuerzas turcas, y se atribuye a este hecho la desaparición o el exterminio de los Zeibekides.
El zeibékiko es un baile en 9/4 o 9/8, un sonido, tempo y modo distintos predominan en cada variación. Aparentemente, las combinaciones de los nueve grupos rítmicos son muy numerosas. El zeibékiko no tiene pasos determinados, es un baile de hombres y se realiza de forma individual. El rebetis improvisa figuras de baile que suelen terminar en algún tipo de acrobacia. Así pues, comienza con movimientos circulares lentos y pesados que gradualmente se vuelven más complicados, se pone en cuclillas, hace equilibrios con un vaso de vino en la cabeza, coge una mesa con los dientes y la levanta en peso al tiempo que baila, frunce el ceño y mira hacia el suelo durante todo el baile, con las manos unidas en gesto de plegaria. El zeibékiko se baila en interiores, generalmente en las tabernas, y nunca antes del anochecer, mientras que los zeibekides solían bailarlo al aire libre. En Chipre existe un tipo de zeibekikos bailado por mujeres.
El Hassápikos – Toma su nombre del turco hassápis, carnicero. Durante la ocupación otomana, los carniceros de Constantinopla eran griegos de ascendencia Albana, que bailaban el hasápikos durante las festividades del gremio. La métrica del hassápikos es de 2/4 y se divide en ocho frases que coinciden con los pasos de baile, que se efectúan, cuatro en el suelo y uno en el aire. Lo suelen bailar dos o tres hombres de igual estatura apoyando las manos en los hombros del otro, es esencial una perfecta sincronización. La parte más impresionante tiene lugar cuando los bailarines realizan un paso doble y bailan con un ritmo dos veces más rápido que el de la música para mostrar su habilidad. También pueden bailar sobre los talones. Los pasos del hassapikos deben ser uniformes. Un subtipo del hassápikos es el hassaposérviko, con una métrica de 4/4 y dos veces más rápido que el anterior.
El Tsifteteli- Tsifteteli en turco significa dos cuerdas. El baile tomó este nombre porque originariamente la melodía se tocaba con un violín de dos cuerdas. Su métrica es de 4/4, no tiene pasos específicos, y lo bailan sobre todo las mujeres. Consiste en movimientos sensuales y voluptuosos del cuerpo, y comparte muchos rasgos de la conocida danza del vientre turca. Era el que se bailaba en los Café Amán.
Evolución y declive
Tras haber sido adoptado por los refugiados de 1922, el rebético salió de la oscuridad para encaminarse hacia los estudios discográficos. Las primeras grabaciones se hicieron en diversas ciudades de Estados Unidos en 1897, tras las cuales vinieron otras en Londres y Leipzig, y alrededor de 1930, se llevaron a cabo las primeras grabaciones en los sellos La Voz de su Amo, Columbia y Odeón. Hay que señalar que la BBC posee una excelente colección de grabaciones de canciones populares griegas.
Tras el período de entreguerras, aumentó el número de pobres y marginados, situación esta principalmente provocada por la dictadura de Metaxas, anterior a la Primera Guerra Mundial. A esto siguió la ocupación alemana (1940-1944), que propagó el hambre y sembró el terror y la desesperación destruyendo la estructura social del país. La ocupación alemana golpeó duramente a Grecia, convirtiendo a toda la población griega, independientemente de su extracción social, en una gran masa de desfavorecidos, y finalmente, tras la retirada de los alemanes, estalló la guerra civil, que duró hasta 1948. Así pues, es en esta ocasión, desde la llegada de los refugiados en 1922 cuando el rebético expresa mejor la desgracia y el malestar a un nivel nacional y a una escala panhelénica.
Desde 1946 en adelante, el rembético alcanza su punto álgido, siendo uno de sus mayores exponentes el compositor Vassilis Tsitsanis. Tsitsanis se las arregló para liberar al rebétiko del síndrome de la cárcel, los bajos fondos y el teké. Lo refinó y lo empleó para hablar a través de él a todos los griegos, creando una música popular propia. Sin embargo, el comienzo de éste periodo popular marca también el final del rebetico.
Su excesiva comercialización dio lugar a nuevas reglas. Manolis Jiótis, el gran y quizá insuperable virtuoso del busuki añadió una cuarta cuerda al mismo, haciendo que su afinación fuera igual a la de las primeras cuatro cuerdas de la guitarra, lo cual facilitó un acompañamiento al estilo de la guitarra. (Fue y sigue siendo muy criticado por esto)
Además, también introdujo el bouzoki eléctrico para aumentar la amplificación del mismo, puesto que las canciones rembéticas habían pasado a interpretarse en grandes y lujosas salas de baile ante una gran audiencia. La gran cantidad de grabaciones realizadas afectaron al estilo antiguo, alterándolo y la calidad comenzó a disminuir de manera inevitable. A partir de 1960, su comercialización y la fácil obtención de beneficios supusieron el comienzo de la degradación del rembético. Durante este mismo período Grecia comenzó a recuperarse y superar la crisis social provocada a raíz de la ocupación alemana y de la guerra civil. La economía resurgió junto con una clase media fuerte. Los rebetes ya no existían como grupo social y, como consecuencia, el rembético dejó de producirse. Sin embargo este estilo sirvió de base para la llamada música artística popular griega. De hecho, la desaparición del rembético corre pareja con su descubrimiento por parte de los compositores Mános Hadtsidákis y Mikis Theodorakis. Hadtsidákis, en concreto, en una conferencia en 1949, se atrevió a interpretar música rembetica para la élite intelectual del país, cuando ya se consideraba una música en decadencia. Estos dos compositores, unidos por Stávros Xarhákos más tarde, adoptaron el estilo, ritmo e instrumentos del rembético, creando así una nueva forma de música popular elegante y artística que hizo que el busuki fuera internacionalmente conocido y casi sinónimo de Grecia, aunque según Elías Petropoulos, “busuki no es sinónimo de Grecia, sino de rembético”.
Canciones y temática
Las canciones rembéticas del siglo pasado, conocidas como Mourmoúrica, eran canciones de larga duración formadas por pareados de tema inconexo y generalmente improvisados, que tomaban prestados elementos de la poesía folklórica griega y de las canciones populares de Esmirna. Entre 1922-1952, durante el apogeo del rembético, se fijó su forma poética en tres o cuatro estrofas y a menudo un estribillo. Fueron dos las principales razones que llevaron al establecimiento definitivo de esta forma: a) las canciones rembeticas dejaron de ser anónimas dado que su fama dio a conocer a los compositores y letristas, de modo que las viejas canciones largas e improvisadas se vieron sustituidas por otras nuevas cuyo contexto creativo estaba muy bien definido; y b) las canciones rembeticas se grababan desde 1897 en discos de 78 rpm y 3’20 minutos, lo cual limitaba su duración. Las estrofas suelen consistir en líneas/versos yámbicos, de 15 sílabas, que es el metro típico de la poesía folk griega antigua. Menos frecuentes son los versos/líneas de ocho y doce sílabas, así como los de otro tipo de metro, siempre con rima. En las canciones rembéticas, los versos de quince sílabas a menudo se dividen en dos hemistiquios, cosa que no sucede en el caso de la poesía folk griega. Elías Petropoulos sugiere la siguiente clasificación por temas: 

  • 1. Canciones de amor 

  • 2. Canciones de despedida 

  • 3. Canciones malhumoradas de descontento o protesta 

  • 4. Canciones de los bajos fondos 

  • 5. Canciones sobre el mundo del Hachís 

  • 6. Canciones de presidio  

  • 7. Canciones sobre la pobreza 

  • 8. Canciones sobre el trabajo 

  • 9. Canciones sobre enfermedades 

  • 10.Canciones sobre la muerte 

  • 11. Canciones sobre la madre 

  • 12. Canciones sobre la emigración 

  • 13. Canciones exóticas, orientales 

  • 14. Canciones de taberna 

  • 15. Canciones sobre penas y problemas menores 

  • 16. Canciones mordaces, de advertencia y sátira 

  • 17. Canciones sobre la vida diaria 

  • 18. Canciones de alabanza a alguna isla , ciudad , y a sus habitantes 

  • 19. Canciones sobre el servicio militar y la guerra 

  • 20. Canciones sobre una persona en particular
 Los temas de estas canciones giran exclusivamente alrededor de la vida de los rembetes, lo cual es lógico, dado que el objetivo principal de una canción rembética es expresar el desasosiego, las quejas y deseos de un rembetis. El lenguaje es sencillo, con muchos elementos de argot del Griego Moderno, especialmente en el caso de las canciones más antiguas. No aparecen pensamientos complejos ni planteamientos profundos. Es verdad que desde un punto de vista literario el rembético no ofrece grandes obras de arte, sus creadores eran hombres de la calle, por lo general incultos, lo cual se pone de manifiesto en los múltiples errores ortográficos y en el hecho de que en muchas ocasiones no se dejaba espacio de separación entre las palabras en los manuscritos. Sin embargo, debemos recordar que la vida del rembético fue tan breve que no pudo madurar y convertirse en una muestra elevada del arte popular. Aún así, existen canciones de un admirable estilo austero, intensos sentimientos y poder comunicativo.
Conclusión
El rembético fue un producto de los bajos fondos. Las terribles condiciones de vida en las ciudades durante el desarrollo económico, la pobreza y la autarquía abonaron el terreno para la aparición de grupos desfavorecidos y del rembético, que no surgió como respuesta a cuestiones políticas, sino que surgió simplemente como protesta, como expresión del malestar y la desesperación, y como rechazo por parte de los marginados e inadaptados a cualquier sistema de coexistencia social.
La combinación de elementos culturales heterogéneos que le dio la forma final tuvo lugar en Grecia, el idioma empleado fue el griego y la mayor parte de su audiencia, fueron los griegos. Esto lleva a la conclusión de que el rembético es un símbolo de identidad griega. Desde 1960 hasta nuestros días, la expansión de la urbanización de Grecia y la gradual modernización del modo de vida basado en el modelo occidental han dado lugar a la desaparición de elementos básicos del rembético, el número de marginados ha descendido y el patrimonio cultural del país y de oriente en general ha sido rechazado por no estar de moda. El rembético duró mientras las condiciones culturales y sociales le fueron propicias, y estas terminaron por desaparecer dada la rapidez del progreso y los cambios que han tenido lugar a lo largo del siglo XX.
Fenómenos similares al del rembético en cuanto a las causas, orígenes y declive se han dado en otros lugares del mundo: el Blues en los Estados Unidos, la Chanson des Vagabonds en la Francia del siglo XIX, el Flamenco en España o el Tango en Argentina. La siguiente cita de Manos Hadjidakis podría aplicarse a todos ellos, por supuesto, salvando las diferencias: “El rembético dejó de existir cuando cayó en nuestras manos, igual que los frescos de las catacumbas de Fellini desaparecieron en cuanto les dio el aire del Mundo Exterior. El rembético sólo existió en realidad mientras se produjo ilegalmente en lugares escondidos y apartados, siguió respirando aún durante la posguerra cuando comenzó a expresar con eficacia los sufrimientos y las experiencias de un pueblo sumido en la devastación, un pueblo traicionado que sentía el impulso de comunicarse con sensualidad y no le era permitido, y que quería escapar de la realidad y no podía.
Afortunadamente aunque como género menor, se sigue escuchando y componiendo rembetica. Se han reeditado discografías y se graban nuevas versiones de aquellas grandes canciones y siguen existiendo un cierto número de clubs dedicados a esta música.

Reportaje: Arte griego en Tamallancos

REPORTAJE


Arte griego en Tamallancos

La pintora ateniense Sula Repani fusiona en su obra orígenes helénicos y experiencias ourensanas desde un pueblo de Vilamarín (Ourense).

XURXO LOBATO / OMAYRA LISTA - Vilamarín - 14/11/2009

Cuando llegó a Ourense, su mirada no conocía los colores atlánticos. Acostumbrada a los tonos cálidos del Mediterráneo, quedó cegada por la luz verde brillante que lo bañaba todo. Pero Sula Repani (Atenas, 1959) no cerró los ojos al resplandor, sino que se dejó seducir por la naturaleza exuberante. En su paleta de pintora mezcló el azul del Egeo y el amarillo árido de las islas griegas y le salió un perfecto verde Galicia. Desde entonces, su obra artística es una suma de orígenes helénicos y experiencias galaicas.

Sula se crió a siete kilómetros de Atenas, en un barrio casi rural en el que pasaba el tiempo dibujando con lápices. El futuro parecía perfilarse en un título de economista que complacía y tranquilizaba a sus padres, de clase trabajadora. Pero a los 19 años se empeñó en cambiar el trazo de su vida: dejó la carrera y se matriculó en una academia privada para preparar el ingreso en la Escuela de Bellas Artes. Consiguió una plaza que le permitió empezar por segunda vez en la Universidad, donde tuvo importantes apoyos de profesores como Yannis Moralis, destacado miembro de la Generación de los 30.

Al terminar los estudios, solicitó una beca de Bellas Artes en el extranjero. Solamente se concedía una y eran muchos los que veían en ella un pasaje a nuevos mundos, pero fue para ella. Así fue como se subió a una moto con un amigo y llegó a Barcelona. En el otoño del año 1986 descubrió en Las Ramblas a un pintor que hacía retratos a los turistas. Miguel Carballo consiguió pintarle la vida de rosa. Al día siguiente se fueron a vivir juntos. Cuando él decidió volver a Galicia, Sula le siguió. Con ello dio el segundo disgusto a sus padres, que no dejaban de preguntarle: "¿Pero dónde está Tamallancos?".

Tamallancos está en Vilamarín, y desde que ellos se establecieron allí, el lugar se hizo conocido en los círculos artísticos gallegos. Al año de llegar, montaron el Obradoiro da Arte, núcleo que aglutinó a un selecto grupo de creadores afincados en el rural orensano. El pueblo se convirtió en un referente, donde se organizaron exposiciones colectivas con Buciños, Quessada, Vidal Souto, Acisclo Manzano y Virxilio, vecino también del lugar. La galería ya ha dejado de funcionar como tal, pero sigue siendo el taller donde trabajan Sula Repani y Miguel Carballo: "Ahora estamos más volcados en nuestro trabajo", explica ella.

Galicia le cambió a Sula los esquemas, la forma de pintar y de ver las cosas: "Me creó un conflicto a la hora de expresarme. Al principio el carácter de los gallegos se me hacía complicado: toda indefinición, demasiadas interpretaciones y muy poca claridad", recuerda. Sin embargo, asegura que "lo vivido me ha enriquecido y ahora se fusiona en mi obra".

Hace una pintura figurativa, en la que recrea a la vez el mundo y sus sueños. El escenario atlántico le pesa cada vez más: "Empecé pintando retrato y ahora voy hacia el paisaje, las sensaciones, los estados de ánimo". Ella, una mujer vitalista, mediterránea, se ve a veces vencida por la melancolía de Galicia. Por eso en su obra hay también mucho de Grecia.

Su morriña tiene como referente Lesbos, una isla griega del Egeo, cercana a Turquía, donde la poetisa Safo dio nombre al amor femenino. De allí son sus padres y los mejores recuerdos que guarda de la infancia, y allí vuelve todos los veranos a curar la nostalgia. Cuando regresa, trae en la maleta pigmentos de tierras helenas para pintar. "Hay cierta magia en Lesbos: aunque la tierra es semidesértica, la gente lucha por sobrevivir". Eso es precisamente lo que les reprocha a los gallegos: "Se han abandonado a su suerte. En Tamallancos, desde hace nueve años, no nace nadie, solamente se mueren".

A Sula le gustaría poder partirse en dos mujeres, entre Galicia y Grecia, para adaptar el cuerpo a la división que nota en el corazón. Dice que siente dos naciones. En su opinión, todo ha de medirse por la emoción que provoca y, por eso, aunque los recuerdos griegos pesan más, descubre que es más gallega de lo que pensaba: "Cuando veo algunas cosas que pasan aquí, me duele. Eso es sentir la patria".

En Tamallancos dice estar tranquila y trabajar bien. Allí ha echado raíces: "Estar con mi marido es clave en mi vida; para mí sería muy difícil vivir con alguien que no fuera artista". Sin embargo no quiere hablar del futuro porque dice que el largo plazo le da vértigo. En su odisea vital todavía queda mucho camino, tal vez de vuelta a Grecia.

El Pais. Jueves, 5/8/2010

Modern Greek: Lesson 12 - Τα εισιτήρια - Subtitles